LOGICEL Nº93. VUCA La oportunidad llamada incertidumbre

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La logística y la variabilidad siempre han ido de la mano. Los acontecimientos vividos en los últimos años nos han hecho tomar conciencia de una “nueva realidad” marcada por la incertidumbre, la volatilidad en la demanda, las tensiones geopolíticas y un complicado contexto inflacionista, que añade nuevas disrupciones en la gestión de las cadenas de suministro.

Ahora más que nunca es clave diseñar y gestionar cadenas de suministro ágiles, flexibles, adaptativas, capaces de crear valor para nuestros negocios y nuestra sociedad en el entorno complejo y competitivo en el que nos movemos. Cadenas resilientes, que consiguen recuperarse con rapidez ante un impacto. Cadenas inteligentes, conectadas en tiempo real de principio a fin. Cadenas sostenibles que aúnen todos estos elementos para una logística competitiva. Si la incertidumbre y la volatilidad son parte del escenario en el que tenemos que operar, debemos colaborar para trabajar en entornos predictivos y no sólo correctivos, como hacemos mayoritariamente. Es preciso acelerar la transformación digital y la colaboración. 

Dice una frase del premio nobel Rabindranath Tagore que “si lloras por no ver el sol, las lágrimas no te dejarán ver las estrellas” y, aunque los que trabajamos en este sector somos en general poco de llorar y mucho de sobreponernos y crecer ante las dificultades, la compleja situación actual va a requerir dejar de lamentar no ver el sol para pasar a ver las estrellas que nos traen nuevas oportunidades de creación de valor para el tejido empresarial logístico. No tengo duda de que, en esta nueva realidad, la gestión logística hará la diferencia en los próximos años, y será más que nunca un vector de crecimiento y rentabilidad si vemos las estrellas o incluso las reinventamos.

Estamos hablando de diseñar cadenas de suministro cognitivas, capaces de conectar y sincronizar no sólo los flujos físicos de producto sino los flujos de datos disponibles a lo largo de toda la cadena. La visibilidad de los datos logísticos de principio a fin, entre los distintos integrantes de la cadena de valor, como son fabricantes, distribuidores y operadores logísticos, junto con la aplicación de tecnologías que ponen en acción esos datos, nos permitiría disponer de información cercana a la demanda en tiempo real y poder tomar las mejores decisiones para la planificación, el aprovisionamiento y la distribución de los bienes. 

Tenemos que seguir la senda de la innovación colaborativa, acometiendo la necesaria transformación digital, probando en entornos reducidos nuevas tecnologías y procesos para decidir cual se adecúa más a cada contexto. Visibilizar y compartir los datos logísticos es fundamental para maximizar el uso de estas herramientas y soluciones predictivas.

Y no podemos olvidar que la tecnología es un recurso clave para ser productivos y competitivos, pero al final de todo son las personas las que hacen posible que cada día los productos lleguen a los consumidores. El principal recurso de una empresa son sus profesionales y la capacitación de cada uno de ellos debe ser una prioridad, no sólo para adaptarnos con rapidez a los cambios del entorno, sino para anticiparnos y aprender más rápido que nuestros competidores. La transformación digital sólo será una realidad si en las empresas los sistemas, los procesos y la organización están preparados para llevarla adelante.

Los casos de éxito nos animan a imaginar una cadena de suministro conectada de principio a fin. Es momento de abandonar viejos paradigmas para colaborar en el diseño de nuevas soluciones que nos permitan seguir en el camino de la eficiencia y la competitividad.

Ana González, presidenta de la Junta Directiva del Centro Español de Logística